Bueno ya que ayer me dió por contaros mi primera historia con las ambulancias, hoy os voy a contar otra que también tuvo su aquello...
Eran las doce de la mañana de un sábado, en el que el jefazo había venido a vernos, y como era habitual, al hombre, le gustaba mandar....Así que me ordenó que limpiase la ambulancia y la dejase reluciente como nunca... dos horas y media después, salía yo del vehículo en cuestión, quedándo este reluciente como nunca había estado.... Después de recibir las felicitaciones por el buen trabajo, me disponía a cambiarme para irme a casa.. cuando de repente suena el maldito teléfono.... Una urgencia, no muy lejos... Salimos de allí como balas, y llegamos a una zona de viviendas relativamente pobre... Un edificio de cuatro plantas se erguía ante nosotros, y nuestra damisela vivía en el último piso, como Rapunzel.. Entramos en el portal... y observamos que no hay ascensor... La escalera, era estrechííísima....Así que alzamos la camilla por encima de nuestras cabezas, y nos disponemos a subir.... Un rato largo después estabamos arriba.... Tocamos a la puerta, y nos abre, un señor, enoooooorme, de bigote, todo sofocado y medio compungido...con un lamento por voz nos decía que su mujer estaba en la cama y que se encontraba muy mal que la ayudásemos.... Accedemos como podemos al habitáculo, y nos topamos con una mujer.... de 'ocho por veinticuatro', tan enooorme o más que el marido, retorciendose, en la cama y tocándose el estómago, estaba pálida pero consciente... Yo miro para mi compañero y el me susurra al oido....
- Madremía es imposible bajarla en la camilla-
A lo que yo respondo - Tu pones la camilla abajo y yo la empujo por la ventana- jajaja, de repent dice una voz desde atrás, -YO LA BAJARÉ- el marido que sacó voz de ogro de cuento... Y ni corto ni perezoso agarró a su mujer y la cargó sobre el hombro como si de un saco de patatas se tratase...y bajamos por las escaleras, nosotros delante y él y su esposa detrás.... una vez abajo logramos acomodarla a duras penas en la camilla....... No metemos todos en la ambulancia y a toda mecha camino del hospital... De camino... yo iba atrás con ella y el marido... El pobre hombre no pudo resistir más y rompió a llorar como una magdalena... Mientras yo le preguntaba a la mujer que cada vez se ponía más pálida... -¿Ha comido algo raro?- ella decía - una ensaladita..- y yo pues tiene toda la pinta de que algo le ha sentado mal....-, y ella me agarraba fuerte y me decía -¿me voy a morir?- y yo- no mujer, de esta no, ahora cuando llegue, le hacen un lavado de estómago y como nueva-...
Una vez en la entrada del hospital, para acceder a urgencias hay tres curvas muuy pronunciadas... En la primera.... casí se nos cae encima.... en la segundaaa se retorció a más no poder....... y en la tercera y última......ya no resistió más...y..
Mi compañero dice que frenó, más que por que habíamos llegado, por que me escuchó aullar como nunca había escuchado a nadie....... cuando abrió la puerta el que estaba llorando era yo... ella, en cambio había recuperado el color de las mejillas... Y estaba sentada toda feliz.... a mi me recubrian, dos kilos de ostras, una lechuga a medio digerir, atun para rellenar una lonja, pimientos... espaguetti, y una variedad culinaria suficiente como para surtir a media Etiopía.....
Mis ojos inyectados en sangre....hicieron que el matrimonio se bajase de la ambulancia antes de que yo pudiera decir nada.. mi compañero se moría de la risa... Y yo sólo podía pensar....-estaba limpiaaaa, limpiiitaaa ainssss-
La señora se había comido, la dosis de medio regimiento del ejercito, y a mi contandome que una ensaladita la jodía.... Al final salí de la base a las ocho de la tarde, tras dejar nueva mente la ambulancia reluciente.. y tuve la sorna de mis compañeros durante semanas....
Eran las doce de la mañana de un sábado, en el que el jefazo había venido a vernos, y como era habitual, al hombre, le gustaba mandar....Así que me ordenó que limpiase la ambulancia y la dejase reluciente como nunca... dos horas y media después, salía yo del vehículo en cuestión, quedándo este reluciente como nunca había estado.... Después de recibir las felicitaciones por el buen trabajo, me disponía a cambiarme para irme a casa.. cuando de repente suena el maldito teléfono.... Una urgencia, no muy lejos... Salimos de allí como balas, y llegamos a una zona de viviendas relativamente pobre... Un edificio de cuatro plantas se erguía ante nosotros, y nuestra damisela vivía en el último piso, como Rapunzel.. Entramos en el portal... y observamos que no hay ascensor... La escalera, era estrechííísima....Así que alzamos la camilla por encima de nuestras cabezas, y nos disponemos a subir.... Un rato largo después estabamos arriba.... Tocamos a la puerta, y nos abre, un señor, enoooooorme, de bigote, todo sofocado y medio compungido...con un lamento por voz nos decía que su mujer estaba en la cama y que se encontraba muy mal que la ayudásemos.... Accedemos como podemos al habitáculo, y nos topamos con una mujer.... de 'ocho por veinticuatro', tan enooorme o más que el marido, retorciendose, en la cama y tocándose el estómago, estaba pálida pero consciente... Yo miro para mi compañero y el me susurra al oido....
- Madremía es imposible bajarla en la camilla-
A lo que yo respondo - Tu pones la camilla abajo y yo la empujo por la ventana- jajaja, de repent dice una voz desde atrás, -YO LA BAJARÉ- el marido que sacó voz de ogro de cuento... Y ni corto ni perezoso agarró a su mujer y la cargó sobre el hombro como si de un saco de patatas se tratase...y bajamos por las escaleras, nosotros delante y él y su esposa detrás.... una vez abajo logramos acomodarla a duras penas en la camilla....... No metemos todos en la ambulancia y a toda mecha camino del hospital... De camino... yo iba atrás con ella y el marido... El pobre hombre no pudo resistir más y rompió a llorar como una magdalena... Mientras yo le preguntaba a la mujer que cada vez se ponía más pálida... -¿Ha comido algo raro?- ella decía - una ensaladita..- y yo pues tiene toda la pinta de que algo le ha sentado mal....-, y ella me agarraba fuerte y me decía -¿me voy a morir?- y yo- no mujer, de esta no, ahora cuando llegue, le hacen un lavado de estómago y como nueva-...
Una vez en la entrada del hospital, para acceder a urgencias hay tres curvas muuy pronunciadas... En la primera.... casí se nos cae encima.... en la segundaaa se retorció a más no poder....... y en la tercera y última......ya no resistió más...y..
Mi compañero dice que frenó, más que por que habíamos llegado, por que me escuchó aullar como nunca había escuchado a nadie....... cuando abrió la puerta el que estaba llorando era yo... ella, en cambio había recuperado el color de las mejillas... Y estaba sentada toda feliz.... a mi me recubrian, dos kilos de ostras, una lechuga a medio digerir, atun para rellenar una lonja, pimientos... espaguetti, y una variedad culinaria suficiente como para surtir a media Etiopía.....
Mis ojos inyectados en sangre....hicieron que el matrimonio se bajase de la ambulancia antes de que yo pudiera decir nada.. mi compañero se moría de la risa... Y yo sólo podía pensar....-estaba limpiaaaa, limpiiitaaa ainssss-
La señora se había comido, la dosis de medio regimiento del ejercito, y a mi contandome que una ensaladita la jodía.... Al final salí de la base a las ocho de la tarde, tras dejar nueva mente la ambulancia reluciente.. y tuve la sorna de mis compañeros durante semanas....
3 comentarios:
Ay, a mí también me duele el estómago, pero de la risa, jeje, no me he podido reír tanto en todo el día, jeje ni durante la cita. Muy buen relato, y qué sinceridad la vuestra con los pacientes, no se supone que sois muy amables y todas esas cosas? jejej Qué buena la señora con su ensaladita!
agggggggggg que agggggco
xDD yo no soy escrupuloso..pero vamos... una cosa es verlo en el suelo y otra encima tuyo....
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