domingo, 18 de abril de 2010

Soplando nubes . . . .

Era un día curioso, su cuarto había comenzado a formar parte de su único habitat, su pequeña ventana era la única conexión con el mundo a parte de su ordenador. Llevaba unos días de lo más aburridos, necesitaba recargar las pilas, pero por un lado, sus amigos habían dejado la ciudad, y la lluvia y el granizo se había apoderado de ella, eso ensombrecía más su estado de ánimo. No obstante él siempre había sido un perro de su casa, era feliz en ella, y no le tenía miedo a la soledad, ya no. De repente cansado de tanta sombra, optó por intentarlo, abrió la ventana y saltó, por suerte vivía en un ático y tras el salto se plantó en la enorme terraza que rodeaba su casa, sin dilación, miró hacia el horizonte, y con todas sus fuerzas sopló..., no le preocupaba si alguien le veía, sólo quería que se fueran, que saliese el sol, repitió su soplido durante largo rato, al final optó por volver a su cuarto a mirar por la otra ventana, la que daba a la red, donde todo es color rosa y bonito. Tras un rato largo de quehaceres cotidianos, su vista, se fue como reclamada por un ente divino hacia la ventana, y tal como había deseado allí estaban, unos rayos de sol perdidos pululeaban por las calles leonesas, durante un rato sirvió para hacerle feliz.
En ocasiones pensamos que cuando no hay nada que hacer porque las cosas no tienen solución, lo mejor es sentarnos a ver el mal venir, es posible que su soplido no empujase a las nubes, pero ¿Y si sí lo hizo?. Nunca dejes de luchar por lo que quieres, nunca sabes con que actitud, por nimia que sea, lo vas a conseguir.

Besos.

4 comentarios:

Stultifer dijo...

Era una cámara de fotos y se había quedado sin pilas.

Arcdsa dijo...

Muy bonito Ivan, como siempre. ;)

Un chico de Lima dijo...

vaya, un supertexto!

Perro dijo...

;) Me alegro que os guste .Besos.